Las goteras en techos de zinc no son solo una molestia: son una alerta temprana de deterioro estructural, corrosión y posibles daños eléctricos. En Chile, donde las lluvias pueden ser intensas y repentinas, ignorar una Las goteras en techos de zinc no son solo una molestia: son una señal clara de que algo no está bien en la estructura de tu vivienda. No se trata sólo de humedad o manchas en el cielo: con el tiempo, una pequeña filtración puede provocar corrosión severa, debilitamiento de vigas, daños eléctricos y hasta la proliferación de hongos nocivos para la salud. En Chile, donde las lluvias pueden ser impredecibles e intensas, ignorar una gotera puede salir muy caro.
En SRL, creemos que cada gotera es una oportunidad para hacer las cosas bien desde el principio. Sabemos que muchos intentan reparaciones caseras con resultados temporales, pero si entiendes cómo funciona el sistema de techumbre, puedes aplicar soluciones efectivas y duraderas. Te compartimos una guía clara, sin rodeos ni tecnicismos innecesarios, para que puedas enfrentar este problema con criterio y herramientas adecuadas.
1. Identifica el origen real de la filtración de goteras en techos de zinc
Una de las trampas más comunes al reparar goteras es asumir que el agua entra justo donde se ve el daño. Nada más lejos de la realidad. El agua busca el camino más fácil y muchas veces viaja por estructuras internas hasta aparecer lejos del punto de ingreso.
Inspecciona el techo desde el exterior con buen clima, y si tienes acceso al entretecho, hazlo también desde adentro. Busca:
- Juntas entre láminas que estén mal selladas o con espacios visibles.
- Tornillos sueltos, mal instalados o sin las arandelas de goma que sellan el ingreso.
- Oxidación avanzada, especialmente en zonas donde se acumula agua.
- Solapes (traslapes entre planchas) demasiado cortos o mal dirigidos.
Una linterna potente y una manguera para simular lluvia te ayudarán a detectar filtraciones en tiempo real.
2. Limpia y seca la zona afectada
Antes de aplicar cualquier producto, la superficie debe estar impecable. La suciedad, el polvo y la humedad interfieren con la adherencia de los materiales de reparación. Usa:
- Escobillas metálicas para eliminar óxido, restos de pintura suelta y suciedad acumulada.
- Un paño seco o un secador de aire caliente para dejar la zona completamente seca.
- Si hay moho, prepara una mezcla de agua con cloro (1 parte de cloro por 3 de agua) y frota bien. Deja actuar y seca al sol si es posible.
Este paso puede parecer menor, pero es clave para una reparación duradera.
3. Selecciona el método de reparación adecuado
No todas las filtraciones se resuelven igual. Elige el método según el tipo de daño:
a) Cinta asfáltica autoadhesiva
Útile para grietas pequeñas, tornillos sueltos o uniones con poco movimiento. Viene en rollos y su aplicación es sencilla: corta al largo adecuado, retira el protector y presiona fuerte sobre la zona. Lo ideal es aplicarla con algo de calor (puede ser un secador industrial) para mejorar la adhesión.
b) Masilla o sellador de poliuretano
Ideal para fisuras medianas, uniones que sufren movimientos o vibraciones. Se aplica con pistola calafatera, rellenando bien cada espacio. Algunos selladores pueden pintarse encima, lo que mejora la protección UV y la estética del techo.
c) Resina con malla de refuerzo
La opción más robusta, recomendada cuando el daño abarca zonas amplias o varias filtraciones juntas. Consiste en aplicar una primera capa de resina impermeabilizante, luego colocar una malla de poliéster o fibra de vidrio, y encima una segunda capa de resina. Este sistema sella, refuerza y previene futuras grietas.
4. Aplica el producto siguiendo las instrucciones del fabricante
Cada producto tiene su receta: tiempos de secado, temperatura ideal, compatibilidad con otros materiales. Lee la etiqueta y respeta los pasos. Si aplicas más de un producto (por ejemplo, resina y pintura), asegúrate de que sean compatibles entre sí.
Tómate el tiempo necesario. Aplicar con apuro suele ser la receta del fracaso.
5. Verifica la reparación
Una vez seco, vuelve a mojar el techo con manguera o espera la siguiente lluvia. Observa con atención si hay filtraciones nuevas o persistentes. Si el problema sigue, es probable que el punto de ingreso del agua no haya sido detectado correctamente, o que haya un daño estructural más profundo.
No tengas miedo de repetir el proceso o buscar asesoría técnica si el problema es más complejo de lo que parece.
Mantenimiento preventivo: la clave para evitar futuras goteras
Un techo de zinc no es eterno, pero con cuidado puede durar entre 25 y 40 años. Las goteras, muchas veces, son el resultado de años de descuido o intervenciones mal hechas.
Algunas recomendaciones claves:
- Limpia canaletas y bajadas de agua cada 6 meses. La acumulación de hojas genera estanques que aceleran el óxido.
- Revisa tornillos, gomas y uniones al menos una vez al año. No necesitas ser experto, solo observar y ajustar.
- Aplica pintura anticorrosiva o impermeabilizante cada 5 años, especialmente en zonas costeras o con alta humedad.
- Revisa tras temporales o granizadas, y antes del invierno.
El mantenimiento no es un gasto: es una inversión en tranquilidad.
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Hay veces en que lo mejor es dejarlo en manos de quienes tienen experiencia. Si ya hiciste una reparación y no funcionó, si el techo es antiguo o si simplemente prefieres no arriesgar, nuestro equipo puede ayudarte. En SRL contamos con especialistas que saben trabajar en altura, elegir los materiales correctos y hacer un trabajo limpio, seguro y garantizado.
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